- ¡Qué bien que has venido a verme! Te quiero mostrar a mi nueva mascota.
- ¡Qué preciosidad! ¿Cuánto tiempo tiene?
- 2 años, antes no los dan porque necesitan estar con la nodriza para sobrevivir.
- ¡Qué chiquitito es! ¿Es varón o hembra?
- Creo que varón, eso me han dicho.
- He oído que con la edad se vuelven peludos.
- Sí, pero más los machos que las hembras.
- ¡Ay! ¿Por qué hace esos ruidos?
- No sé, debe ser el cambio de ambiente. Me han dicho que le quite la luz después de 14 horas, para que se duerma. ¿Tienes sueño, chiquitín? Apenas ha comido…
- Será que está desorientado. Tendrá que acostumbrarse a su nueva casa.
- ¿Por qué estás tan antipático? Deja de gruñir… Acaríciale la panza, mira…
- Uy sí, parece que le gusta. ¿Se acaba de hacer caca?
- Sí, pero con la paja que le he puesto debajo del asiento, no hace falta estarle cambiando todo el tiempo. ¡No veas la de veces que mea, lo menos 8 veces al día!
- ¿Y no le puedes restringir el agua?
- Parece que se mueren antes.
- Yo le veo muy a gusto, muy bien instalado ahí: con el bebedero al lado de la boca, amarradito a la silla con su letrina debajo… Pues está de lo más feliz.
- ¿Y te has fijado en lo cómoda que es la jaula? Tiene ruedas y así sólo tengo que quitarle el freno para sacarlo al aire libre por las tardes.
- Pero no será obligatorio sacarlo todos los días…
- Bueno, no, claro. Es un decir. Para eso tiene la luz, para evitarme sacarlo a diario.
- ¿Y cuánto viven estas mascotas?
- Pues… los seres humanos viven entre 10 y 12 años.